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Mostrando entradas de junio, 2020

La verdadera historia del MAGO MERLIN IV ( Alionin )

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  Alionín decidió desde el primer dia que vio a la niña instalada en el bosque, acompañarla a todas partes. Siempre volaba a su lado I ba con ella a recolectar las plantas medicinales del bosque,  a menudo  mostrándole  su alegre afecto al piolar, después cuando llegaban a la casa,  juntos las clasificaban y dejaban secar.  Cuando las plantas alcanzaban su estado medicinal idoneo las colocaban  en unas alacenas que habia dispuesto dentro del roble, que sin duda debía de ser mágico, pues no te podías explicar cómo conseguian almanenar tantas cosas dentro de aquel tronco de árbol, de apariencia  normal, y con una puerta que resultaba invisible para el ojo de un mortal.    La dieta de la niña era prácticamente vegetariana, así lo había decidido ella desde que vivia  en el bosque.  Hasta ahora había sido muy variada en casa de su madre. Me solia decir que echaba de menos los potajes de legumbres y cereales que comía en la acogedora cocina de su antigua casa, los que todos los dias co

Los Gatos del Faro

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EL HOGAR DE LOS GATOS Después de comer cuando el sol está en lo alto avistando la bahía y degustando un cafétito con crema y su felicidad nos impregna a todos, salimos a pasear con las zapatillas de automasaje  relajante. Llegando al espigón, vimos cómo se había transformado el faro, al final del rompeolas, envuelto en gigantescos brazos de hormigón, se podían apreciar unas prominencias con forma de chimeneas, saliendo humo sin cesar y un olor inconfundible a guiso de pescado fresco, con un cartel con garabatos felinos que decía Albergue- la raspa- todos son bienvenidos. En paseos anteriores me pareció ver a un gato zambullirse en el agua, pero pensé que era un efecto de mi imaginación o del escandilámiento debido al sol. Otra tarde cundo volvimos paseando para airear nuestros huesos entumecidos de la agarrotada jornada, pude ver como los pescadores siseaban con cierta extrañeza de lo que venía verificándose últimamente. Al parecer los voluntarios que llevaban comida para al

La verdadera historia del MAGO MERLIN III ( Ritual mágico)

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  Ritual de limpieza I Solía levantarse temprano para llevar a cabo la ceremonia del ritual mágico  de limpieza, en el torrente que se deslizaba perezosamente entre la abunda nte  hojarasca.  Se dirigía hacia allí caminando con recogimiento, con la cabeza cubierta con un velo blanco  y con un cuenco de madera entre las palmas de sus manos, repleto de  pétalos blancos de las flores, que había recogido  por la tarde del día anterior y que dejaba a la intemperie durante  toda la noche para que absorbieran el  roció  del alba.  Al llegar al torrente apoyaba primero la rodilla  derecha, después a su lado colocaba la izquierda, y manteniéndolas   unidas,  se situaba lo mas cerca posible del agua junto a la orilla, inclinaba su cuerpo con suavidad como el tallo de una flor hacia adelante para ver el reflejo de su rostro en el torrente.      Con una mano apoyaba el cuenco sobre la yerba, la cual le acariciaba al sentir su frescor y con la otra dibujaba un círculo  en el suelo, en la direcció

La verdadera historia del MAGO MERLIN II /El encuentro con el lobo, y la manada )

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                                                      El encuentro con el lobo y la manada                                                                                  I          A pocos     metros de distancia de donde yo dormitaba, ella encontró un árbol panzudo que vivía allí desde muchos años antes que yo naciera.         Pude ver como con una piedra puntiaguda corto la vieja corteza del árbol milenario que se sentía débil debido a los crudos inviernos vividos y había quedado hueco, y la apoyó junto al tronco con sumo cuidado para que le sirviera de puerta. Después de inspeccionar el interior y limpiarlo con escrupuloso esmero decidió ir en busca de musgos y hojas secas, para acondicionar un lecho seco y mullido.        Llego acompañada por una mujer joven, de rostro fresco como las gotas de agua al amanecer. Las dos tenían un cierto parecido, sobretodo en la forma y en el color de sus ojos.       Sus ojos rebosaban naturaleza, su verde azulado, recordaban el color del mar al